La Biblia nunca menciona este estilo individualista de discipulado. Jesús, nuestro ejemplo, discípulo a doce viviendo con ellos por tres años. Dio el modelo de discipulado viviendo, andando y comiendo con ellos.
En vez de hacerlo en el contexto de grupos grandes les enseñó por medio de parábolas y lecciones aplicadas de la vida cotidiana.
Jesús no les enseñó simplemente acerca de la oración. Más bien, les pidió que le acompañasen a orar consigo. Les permitió que lo viesen orar. Y finalmente cuando los discípulos le preguntaron lo que estaba haciendo, entonces tomó la oportunidad de enseñarles acerca de la oración (Lucas 11:1-4). Lo mismo se aplicó al evangelismo. Jesús evangelizaba en presencia de sus discípulos y luego les instruía. Tomó ventaja de situaciones de la vida real para cuidadosamente explicarles temas doctrinales (ej., el joven rico en Mateo 19:23-26).
Cristo sabía que la información teórica separada de la experiencia práctica tendría muy poco valor permanente. Jesucristo sabía que el conocimiento separado de la experiencia no tendría un valor duradero. Cada vez que los discípulos terminaban un recorrido misionero se reunían con Jesús para discutir lo que había ocurrido. Los apóstoles se reunían alrededor de él y le informaban lo que habían hecho y enseñado (Marcos 6:30).
En otra ocasión los discípulos informaron a Jesús: “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.” (Lucas 10:17). Jesús aprovechó la oportunidad para instruirles y ofrecerles algunas enseñanzas adicionales: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.” (Lucas 10:20). Constantemente el Señor supervisaba las experiencias de sus discípulos ofreciéndoles comentarios adicionales (Marcos 9:1729; 6:30-44).
La iglesia del primer siglo siguió el mismo ejemplo. Aplicaron las enseñanzas de los apóstoles de casa en casa y en los patios del templo. Se reunieron públicamente todo lo que fue posible pero cuando vino la persecución que se los impidió, siguieron reuniéndose de casa en casa (Hechos 2:42-46).
El Nuevo Testamento fue escrito a comunidades donde el discipulado ocurría por medio de las relaciones interpersonales. El individualismo occidental estuvo completamente ausente en la vida de la iglesia del primer siglo. / estraido del libro "el discípulo relacional" de JOEL COMISKEY
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