Un día tienes una cita muy importante y vas a tomar el colectivo. Llegas a la terminal casi a la hora: sólo un minuto tarde, pero pierdes el colectivo. En uno de los últimos exámenes de la carrera haces un buen trabajo, casi válido para aprobar, pero faltan unas décimas... y te suspenden.
Por poco, ¡cuántas veces escuchamos esas palabras! Día tras día aparecen ejemplos de personas que casi consiguen aquello que se habían propuesto, pero fracasaron.
“Casi” Palabra maldita. Se puede llegar a ser "casi" todo, sin ser "casi" nada.
Si el estar "a punto de", y no conseguirlo, es grave en nuestra vida, ¡mucho más en la vida espiritual! Dios no conoce salvos a medias. Tampoco conoce gente "casi" creyente. En la Biblia no se admiten los "casi" convencidos... Dios es muy tajante, o eres o no eres. Estar casi salvo no significa nada: Estar a la puerta no significa estar dentro. O pasas, o te quedas fuera.
Es muy peligroso vivir en la frontera del "casi", escuchar el mensaje de Dios y pensar "es bonito"; conocer el camino de salvación y exclamar "es agradable"; ir a una iglesia en la cual se predica que Jesús es el Señor y decir: "esa es la verdad", y sin embargo, ¡estar perdido! Se puede incluso ser hijo de un creyente y escuchar la Palabra de Dios en casa cada día: casi tomar una decisión... pero nada más ¡Se puede estar casi comprometido con el evangelio! Se puede estar a las puertas del cielo y tener al alcance de la mano la misericordia de Dios... y estar completamente perdido.
La historia nos enseña miles de ejemplos de hombres y mujeres que casi conocieron al Señor. Personas que, por poco, fueron salvas. Dejaron pasar su oportunidad. Esperaron al día siguiente, al momento siguiente, a la próxima decisión ¡Y murieron completamente perdidos! Todo el que espera ser salvo a las 23:00 horas... muere a las 22:50. No te quedes en el "casi". Comprométete con Dios hoy mismo, el infierno está lleno de personas casi salvas.
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